La mielina es una lipoproteína que recubre el tallo de las neuronas o células nerviosas. Gracias a ello, se ejerce la función de transmitir y conducir los impulsos nerviosos -o eléctricos- que envían y reciben mensajes de todo tipo, al cuerpo. Cuando la mielina se pierde o daña, los impulsos nerviosos se ralentizan o, en casos muy severos, dejan de transmitirse por la falta de esta proteína. Es en ese momento cuando se puede producir un “cortocircuito” en la conducción de esos impulsos nerviosos que pueden causar una disfunción en el sistema nervioso.
La importancia de su presencia en nuestro organismo, por lo tanto, es fundamental para garantizar que la función que realiza (vital para el desempeño de toda acción) se cumpla. Es necesario velar por mantener los niveles de mielina en nuestro organismo, de modo que las células de nuestro cuerpo no dejen de funcionar como deben y podamos mantener la buena “nutrición” de nuestras neuronas. ¿Cómo podemos hacerlo?
Cómo fortalecer este sistema con alimentos
Una de las formas más naturales que tenemos de mantener nuestros niveles de mielina, y permitir que los distintos procesos que se desarrollan en el sistema nervioso lo hagan como corresponden, es a través de los alimentos. Fuente de múltiples vitaminas, la ingesta de distintos alimentos puede promover la regeneración de la mielina y que esta lipoproteína no falte nunca en nuestro organismo para llevar a cabo su destacada función.
Los siguientes alimentos son muy recomendables porque proporcionan sustancias que regeneran la mielina:
- Té verde y hierbas: incluir en la dieta vegetales y hierbas antinflamatorias es recomendable para proteger las vainas de mielina (té verde, sauce blanco, té de limón o cítricos, garra del diablo…).
- Ácido fólico: indispensable para el buen funcionamiento del sistema nervioso. Algunos alimentos que lo contienen son: granos enteros, cereales integrales, etc.
- Vitamina C: ejerciendo su función como es debida la vitamina C es un gran depurador, desinflamatorio y antioxidante, que se recomienda para mantener al cuerpo con un sistema inmune en buenas condiciones, un cuerpo libre de grasas y toxinas y para desinflamar. Todo ello necesario para que el sistema nervioso funcione correctamente y la mielina esté bien protegida. La vitamina C la podemos encontrar en alimentos como los cítricos (naranjas, limones…), brécol, algas marinas, guayabas…
- Vitaminas A y D: ambas son un apoyo extra para que el sistema inmune esté en óptimas condiciones y dé apoyo en la recuperación del daño de la mielina y en caso de enfermedades desmielinizantes. Vegetales anaranjados como la papaya, la naranja, la zanahoria, el boniato, los albaricoques, etc., son ricos en vitamina A, así como el aceite de hígado de bacalao, que es buena fuente de vitamina A, D y ácidos grasos esenciales.
- Ácidos grasos esenciales: se deben incluir en la dieta diaria, ya que son indispensables para la producción y mantenimiento de las vainas de mielina, las cuales se componen, fundamentalmente, de ácido oleico. En realidad, por mal que suene, nuestro cerebro está formado por un 60 por ciento de grasas, sólo que de las “grasas amigas” como los ácidos omega-3 y omega-6.
- Ácido oleico: aceitunas, pescado, pollo, nueces, aceite de oliva extra virgen, semillas… Todos ellos son una rica fuente de este ácido esencial; un omega-6 que compone la mielina.
- Omega-3:este tipo de ácido graso participa en las funciones cerebrales, mejorando la transmisión de impulsos nerviosos, además de ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo. Lo podemos encontrar, principalmente, en variedad de pescados azules y en el marisco.
- Aminoácidos: son esenciales para la transmisión de mensajes cerebrales y para la capacidad de comunicación interna del cerebro. Te recomendamos incluir en tu dieta amaranto integral (contiene todos los aminoácidos esenciales que tu cuerpo necesita), levadura de cerveza o algas marinas como la espirulina.
- Frutas: el azúcar de las frutas es un elixir para el cerebro. Consumir 3 o 4 piezas de fruta al día debe formar parte intrínseca de nuestra rutina.
- Semillas: las semillas son un alimento estupendo para todas las funciones del sistema nervioso.
- Complementos y vitaminas: lo mejor es tomarlo directamente de los alimentos, pero si por algún motivo no se puede, siempre tenemos los suplementos que contienen estas sustancias beneficiosas. Ricas en ácido fólico y vitamina B12, vitaminas A, C y D indispensables para la protección del sistema nervioso y la reparación adecuada de mielina; ácidos grasos, aminoácidos… todos los que hemos ido viendo, anteriormente.
Recomendaciones “extra”
Además, otros consejos de los que debéis tomar nota en vuestra alimentación para dar un impulso al buen mantenimiento de vuestro cerebro y del sistema nervioso, son también la aportación de alimentos ricos en hidratos de carbono de liberación lenta, como cereales integrales, vegetales, etc. Son el mejor combustible que ambos precisan, no forman sustancias tóxicas en el organismo y liberan su energía de una manera constante y paulatina. Tampoco olvidéis tomar suficiente agua. ¿Sabíais que ésta es la mejor conductora para los impulsos eléctricos? Así que, que no falten en nuestra dieta esos 2 litros recomendables de agua al día. O evitar comer todos esos alimentos muy cocinados pues pierden muchos de sus nutrientes naturales en el procedimiento.
La alimentación es clave en toda actividad que se desarrolla en nuestro organismo, sea ésta visible -o no- a nuestros ojos. No dejéis de lado hacer ejercicio, lo cual estimula de forma vigorosa las funciones generales del cuerpo, ayuda a que el cerebro esté bien oxigenado y descarga tensiones. Si, además, elegimos una actividad que disfrutemos, nuestro cerebro segregará hormonas relacionadas con estos estados de bienestar (serotonina, triptófano…), alimento hormonal que ayuda sobremanera a estimular las conexiones neuronales.