En el anterior artículo de nuestro blog, hablamos sobre la importancia de la fisioterapia durante la tercera edad, dadas algunas patologías y enfermedades degenerativas, que afectan seriamente a aquellas personas quienes las sufren, provocándoles molestias y dolores, así como pérdida de la movilidad y un sedentarismo excesivo, que repercute en las funciones motoras apropiadas de nuestro organismo. Vimos algunas de ellas y cómo la figura del fisioterapeuta, acompañando al paciente, puede ayudar a mejorar la calidad de vida de estas personas mayores, aliviando esas dolencias e, incluso, previniéndolas con un control a tiempo.
Las patologías graves que se suceden con el paso de los años son muchas y que, además, tengan incidencia directa en el trabajo que realizamos como profesionales del sector, más. Por ello, queremos seguir puntualizando algunas de estas enfermedades en las que nuestro trabajo puede mejorar las condiciones de los pacientes que las padecen y que conozcáis las posibilidades que ofrece, en caso de necesitarlas en un futuro, o para alguien cercano que, desdichadamente, se encuentra en esa situación (aunque también es positiva, pues significa que es una persona que lleva muchos años acompañándonos).
Patologías en las que la fisioterapia es recomendada en personas mayores
- HIPERTENSIÓN ARTERIAL
Es común, en personas mayores, tener la presión arterial alta; un síntoma que no debe tomarse a la ligera -especialmente- a esas edades, ya que la hipertensión arterial puede desencadenar problemas cardíacos más serios.
Adoptar unos hábitos de vida saludables y controlar regularmente la presión arterial es crucial alcanzada cierta edad avanzada. Volvemos a lo mismo, todos los efectos mencionados anteriormente se ven favorecidos por patologías como esta y, por esta razón, la realización de técnicas de fisioterapia y trabajo focalizado en algo de ejercicio físico, contribuyen a mantenerla a raya y a evitar las nefastas consecuencias que pueden devenirse de no hacerlo.
- OSTEOPOROSIS
La osteoporosis es otra de las dolencias más comunes entre la gente mayor. Aparece como consecuencia de la disminución de la cantidad de ciertos minerales en los huesos como, por ejemplo, el calcio. El principal problema que surge de esa falta de nutrientes es que contribuye a aumentar el riego de sufrir fracturas sin mucho esfuerzo. Huesos que pueden quebrarse con el mínimo golpe o, simplemente, sin más por el propio desgaste y deterioro.
Lo mejor que podemos hacer para paliar sus efectos, siendo conscientes de ello, es incluir en la dieta un aporte extra de calcio y, como solemos recomendar todos los expertos en salud, seguir una vida sana que incluya deporte y una dieta equilibrada.
Como fisioterapeutas, nuestra labor en ello viene centrada en los estudios científicos que demuestran que la activación del aparato muscular pone en aceleración la formación de osteblastos, células especializadas en la síntesis de matriz ósea que son las responsables del crecimiento y remodelación del hueso. Por lo tanto, con los ejercicios oportunos, centrados en las necesidades de esta dolencia, podemos frenar este proceso de destrucción ósea.
- ACCIDENTE CEREBRO VASCULAR (ICTUS)
El ictus es otra de las enfermedades más temidas por los ancianos. Esta enfermedad cardiovascular se produce cuando uno de los vasos sanguíneos que lleva la sangre al cerebro se rompe u obstruye. Según la gravedad de esa falta de riego para el correcto funcionamiento del organismo, la persona afectada puede quedar paralizada total o parcialmente, y perder facultades motoras, del habla incluso, o fallecer en el peor de los casos.
Detectarlo a tiempo es crucial para la supervivencia de los ancianos que puedan sufrirlo y, por ello, conocer sus síntomas es muy importante: pérdida de fuerza en un brazo o un lado del cuerpo, pérdida total o parcial de la visión, vértigo o inestabilidad, alteraciones en el habla, dolor de cabeza intenso…
Una vez, pero, la lesión se ha producido, el fisioterapeuta tiene un gran trabajo por delante para ayudar a esa persona a aprender a mantener y afianzar el hemicuerpo sano con el cual realizará todas sus actividades a partir de ahora. Trabajar en el mantenimiento para evitar el deterioro del lado afectado, enseñarle de nuevo a desarrollarse en su nuevo día a día (caminar, comer, vestirse…), etc.; acompañado por ese contratiempo, de ahora en adelante, para que pueda volver a su vida de la forma más favorable posible.
- INFARTO
El infarto es considerado una de las principales causas de muerte en la tercera edad. Muchos de los excesos y carencias que al largo de nuestra vida no hemos sabido cuidar devienen factores de riesgo que propician las posibilidades de sufrir uno (colesterol, hipertensión, tabaquismo, obesidad, diabetes…).
Siempre hay que estar atentos a los síntomas más comunes que se dan antes de un episodio de estas características: disnea, sensación de falta de aire, cansando o fatiga, mareos y síncope; y velar por, ya de antemano, llevar una vida con unos buenos hábitos saludables.
En nuestro caso, actuamos para ayudar a esas personas que han padecido un infarto, trabajando en todas aquellas adversidades que puedan haber surgido tras sufrir un golpe de estas características. Contratiempos que afectan distintas capacidades motoras y neuronales, consecuencia de esos momentos en los que el corazón deja de latir y bombea correctamente a los distintos órganos y partes del cuerpo. Contar con un equipo de sanitarios garantiza el correcto cuidado de las personas mayores y el control exhaustivo de su estado de salud.