A medida que nos hacemos mayores, con el paso lógico de los años, surgen pequeños inconvenientes en nuestro organismo que, inevitables, como profesionales dedicados a la fisioterapia y osteopatía -entre muchas otras terapias- podemos intentar paliar para que sus efectos sean menos “devastadores”. Enfermedades y patologías típicas y reconocidas en personas mayores en las que la figura del fisioterapeuta puede actuar (en la mayoría de casos) para ayudarles a prevenirlas, mejorar el estado de la enfermedad o, como decíamos, paliar los problemas que causan.
Por eso, en esta nueva publicación en nuestro blog, queremos hablar hoy de la relación entre ambos y de la importancia de contar con su ayuda para disfrutar de un estado de salud más llevadero en esa etapa de nuestra vida. A continuación, os presentamos algunas de esas enfermedades y los motivos por los que es recomendable contar con las propuestas que nos hace la fisioterapia como complemento ideal.
Patologías en las que la fisioterapia ayuda en personas mayores
- ARTRITIS Y ARTROSIS
La artritis es una inflamación en las articulaciones que suele provocar hinchazón articular. Según el grado de gravedad de ésta aparece la artrosis, consecuencia de un cuadro de artritis destacado que se manifiesta por la degeneración del cartílago articular a causa de la edad. Ello provoca en el paciente dolor en el movimiento y dificultades motoras.
Normalmente, quienes la padecen -más mujeres que hombres- pueden llevar una vida normal y disminuir el dolor siguiendo un tratamiento basado en antiinflamatorios e infiltraciones, pero existe un método menos invasivo muy eficaz: la rehabilitación. Contando con la ayuda de un fisioterapeuta, se realiza el tratamiento oportuno para devolver el rango articular necesario, un adecuado mantenimiento de la musculatura y masajes con el fin de nutrir vascularmente las estructuras afectadas para favorecer su regeneración y/o dolor articular.
Además, cuando los casos son muy extremos, médicos entendidos en el diagnóstico suelen tratar este desgaste mediante cirugía, sustituyendo las articulaciones muy dañadas por prótesis artificiales. Durante el postoperatorio, especialmente en personas mayores, dependerán de una buena rehabilitación para que todo curse con normalidad y evitar que el remedio se convierta en peor solución.
- DIABETES Y DESNUTRICIÓN
La mayoría de personas de la tercera edad sufre diabetes. Las principales causas suelen ser el estrés, los malos hábitos alimenticios y la inactividad. De esa mala praxis, propiciada por la tendencia a perder el apetito, aunque necesaria, no se materializa la ingesta de nutrientes que estos precisan, provocando la amenaza de la desnutrición, consecuencia de otros problemas como deshidratación, anemia…
Para evitar la aparición de cualquiera de estos inconvenientes, es crucial que se desarrollen unos hábitos de alimentación saludables en personas mayores. Con un control por parte de especialistas y el tratamiento adecuado, se puede llevar una vida normal a la que, si añadimos los beneficios de una terapia física, aportamos al paciente una mejor calidad de vida, con contrastados menores índices de estrés, potencia del apetito y mejora de la condición física y de su musculatura.
- ALZHEIMER O DEMENCIA SENIL
El Alzheimer y la demencia senil son dos de las enfermedades más graves y temidas en la tercera edad, las cuales, por el momento, no tienen cura; y que suponen una pérdida progresiva de la memoria y las habilidades mentales. La principal causa de esta degeneración se debe al envejecimiento del cerebro, que provoca que las células nerviosas se vayan debilitando y, con ello, se atrofien ciertas zonas del cerebro.
Una buena terapia contra estas enfermedades consiste en un buen trabajo cognitivo para retardar su evolución, potenciar el correcto funcionamiento del aparato locomotor y del sistema cardiorrespiratorio, y de las capacidades psicomotrices. Tratamiento donde la figura del fisioterapeuta es vital para prevenir obstrucciones respiratorias, inmovilidad articular o ulceraciones por encamamiento prolongado, así como la realización de técnicas de respiración y cinesiterapia pasiva y activa.
- PÁRKINSON
El Párkinson, al igual que el Alzheimer, es una enfermedad neurodegenerativa originada por la pérdida progresiva de neuronas en la sustancia negra cerebral que, por norma general, es reconocido por un trastorno del movimiento, aunque éste no es el único síntoma, ya que también provoca alternaciones cognitivas, emocionales y funcionales.
El trabajo del fisioterapeuta en estas patologías se centra, fundamentalmente, en potenciar y entrenar la deambulación, favorecer la función cardiorrespiratoria, la movilidad articular, la coordinación y la resistencia al esfuerzo, necesarias para poder seguir realizando las actividades de la vida diaria del paciente, lo mejor posible.