Seguramente, si te dedicas con mayor vocación al running, habrás oído hablar de los términos que queremos tratar en este nuevo artículo en nuestro blog de Aureum Fisioterapia: ser pronador o supinador. Si no es el caso, no te preocupes, te lo explicamos igualmente para que entiendas que es y cómo estos conceptos son vitales, no sólo para salir a correr, sino para andar o, simplemente, desplazarse correctamente, para no incurrir en la aparición de molestias, dolores u otras patologías que pueden llegar a afectar zonas dispares de nuestro cuerpo.
¿Qué es la pronación?
Vayamos por partes y es que, ser pronador o supinador, en este caso, se refiere al tipo de pisada que realizamos. En verdad, casi todas las personas somos ambas a la vez, y el hecho de caminar o correr en supinación o pronación no implica ningún problema a nuestra marcha, pero, como os decíamos, sí puede afectar a otras partes del cuerpo y provocar disfunciones en su apropiado movimiento.
La pronación, caso que nos ocupa mayormente hoy, consiste en mover la carga de una extremidad hacia el interior y, aunque en los brazos también se da, vamos a centrarnos en ella desde la parte inferior de nuestro tronco, es decir, haciendo referencia a los movimientos de nuestros pies.
Tipos de pisada
Para terminar de entender mejor las diferencias entre la supinación y la pronación, vamos a ver una muestra muy clara, distinguiendo los tipos de pisada que existen:
- Pisada neutra
Este tipo de pisada la realiza, aproximadamente, un 35% de la población. Al realizar cualquier acción de desplazamiento apoyan inicialmente el pie con la parte posterior externa del talón, siguiendo una línea recta para colocar toda la planta, y realizar el impulso con la parte central de los dedos del pie.
- Pisada supinadora
El apoyo en supinación es mucho menos común y sólo lo realiza un 5% de la población. En este caso el primer apoyo se lleva a cabo de igual forma que en la pisada neutral, con la parte externa del talón, pero, en lugar de corregirse hacia el centro de la planta del pie, el apoyo continúa por la zona más externa de la planta y realiza el impulso con la zona exterior, cercana al dedo meñique (el más pequeño).
- Pisada pronadora
Este tipo de pisada es la más habitual y la realizan el 60% aproximado de las personas. El primer impacto con el suelo ya difiere un poco de las otras dos, pues se hace con la zona central-externa del talón. Entonces, el tobillo gira hacia la parte interior del pie y la propulsión se hace por la cara interna de éste, llegando a ser, prácticamente, con el dedo gordo, en los casos más severos de pronación. Por ello, existen distintos grados de pronación, dependiendo del eje entre la pantorrilla y el talón, que harán que esa carga de impulso se aproxime más -o menos- al extremo del pie donde, decíamos, se halla el dedo gordo y, por tanto, la zona exterior (la contraria) intervenga, o casi no, en la pisada.
- Pronación leve: Natural. Compensación del pie.
- Pronación moderada: El pie cede más de lo habitual sin legar a los 10 grados.
- Hiperpronación: A partir de 10 grados. El tobillo cede de forma exagerada hacia dentro. Se puede apreciar que la parte exterior del pie queda, incluso, levantada.
Causas de la pronación
Aunque, como decíamos, la mayoría realizamos este movimiento leve del pie hacia el interior de forma natural, un grado exagerado del mismo puede estar motivado por distintos factores.
Uno de los motivos principales de esta patología suele estar ligada a la disfunción de cualquier otra parte del cuerpo. Todas las partes de nuestro cuerpo están conectadas entre sí, por lo que el fallo de cualquier músculo, un dolor reflejo… puede ocasionar esas compensaciones que, en cualquier caso, no hacen más que afectar la zona (pisada).
Corregir esa pronación depende, en gran medida, de entender sus causas y, por lo tanto, su origen. En dicho entramado juega un papel fundamental la osteopatía. Gracias a la aplicación de esta disciplina, podemos averiguar si la anomalía de la pisada pronadora está relacionada con otras lesiones del cuerpo y, así, enfrentar y solventar todos los problemas de raíz. Algunas de las causas más comunes son:
- Causas congénitas.
- Utilizar un tipo de calzado que no se adapte bien al pie.
- Cambios en los hábitos posturales.
- Rotura o fisura de los ligamentos y/o huesos del tobillo.
- Compensaciones en la pelvis, las caderas, las rodillas que, de ahí, pasen a afectar a los pies.
Consecuencias más frecuentes
Realizar ese tipo de pisada de forma continua puede acarrear consecuencias que pueden afectar otras articulaciones, huesos, músculos, etc., de nuestro organismo, especialmente, rodillas y caderas son las más perjudicadas.
- Dolor en la parte interna del pie (talón, tobillo…).
- Dolor en el arco interno de la planta del pie, causante de la fascitis plantar.
- Dolor de cadera, especialmente, molestias en aductores e ingles.
- Dolor de rodilla (exterior).
- Dolor en los músculos peroneos, que puede conducir a una lesión de estos.
- Fijación de la rótula.
El mayor problema que entraña este tipo de pisada es, como decíamos, que provoca otras descompensaciones biomecánicas en otras zonas del cuerpo, la más habitual la dismetría de las caderas que, a su vez, puede conllevar a sufrir dolores de espalda. Es una cadena de engranaje en la que un error en una de las partes tiene consecuencias nefastas en el resto.
Corregir la pisada pronadora
Una de las soluciones más al alcance, a las que se recurre para intentar solucionar los problemas causados por la pisada pronadora, son las plantillas a medida. Es un recurso útil y eficaz si el paciente es consciente de su error biomecánico y corrige, con ellas, el tipo de pisada, dejando de lado que, por otro lado, no haya otras compensaciones de otras zonas del cuerpo que analizar.
Es por esta razón, por la que lo más recomendable es corregir la pisada pronadora con osteopatía, antes de poner las plantillas. Con la terapia estudiamos la totalidad del misterio que pueda desvelar porqué esa dismetría, llegando a sacar a la luz otras disfunciones y solucionándolas en términos globales.
Si tenéis cualquier duda o queréis saber más acerca de esta patología, poneros en contacto con nuestros profesionales y expertos; trataremos de ayudaros en cualquier consulta.