Son muchas las técnicas y terapias que se pueden aplicar en el campo de la fisioterapia y que ofrecen solución a numerosas dolencias y patologías, así como devienen la mejor fuente para la rehabilitación y recuperación de otras más complicadas.
Una de ellas, y quizás poco conocida en el sector, porque muchas veces se le ha dado más importancia en el de la belleza y estética, curiosamente; es el drenaje linfático. Básicamente, esto sucede porque con este procedimiento -fundamentado en la técnica del masaje- se consigue estimular el sistema linfático, que es el máximo responsable de eliminar las toxinas y sustancias de desecho, acumuladas en el organismo; así como promover la eliminación de líquido retenido que propicia la archiconocida celulitis, o piel de naranja, entre el colectivo femenino, principalmente. Con ello, se ayuda a reducir la sensación de pesadez en brazos y, sobre todo, piernas, o la hinchazón de los tobillos y pies, muy común durante el período estival.
En el campo médico y, concretamente, en el de la fisioterapia, el drenaje linfático es un tratamiento muy recomendado y satisfactorio, por eso, aunque su fama le venga dada del sector de la medicina estética, vamos a explicaros, en este nuevo artículo de nuestro blog, Aureum Fisioterapia; qué es y en que consiste, para que, en caso de precisarlo, acudáis a los profesionales apropiados y solventéis vuestros problemas de salud gracias a su aplicación.
¿Qué es el sistema linfático?
Para saber cómo proceder a realizar un drenaje linfático y las aplicaciones o beneficios que ofrece, debemos conocer, antes, cuál es su propósito y para qué fue diseñado. Entonces, debemos ahondar en descubrir qué es el sistema linfático y las funciones que desempeña en nuestro organismo.
El sistema linfático es una red de tejidos y órganos, fundamental en el sistema inmunitario de nuestro cuerpo, compuesto por ganglios y vasos que transportan la linfa (un líquido transparente y acuoso que contiene proteínas, sales, glucosa y otras sustancias) que genera el organismo, desde los tejidos hasta el sistema circulatorio sanguíneo.
Realiza una función de limpieza y defensiva para nuestro organismo. Por un lado, recoge el líquido linfático sobrante de los tejidos corporales y lo devuelve a la sangre. Si esto no se produjese y el sistema no drenara el exceso de líquido linfático, la linfa se acumularía en los tejidos y los hincharía. Y por otro, como decíamos, el sistema linfático también ayuda al cuerpo a defenderse de los gérmenes (virus, bacterias y hongos) que causan enfermedades. Los gérmenes al expandirse por el cuerpo para generar su particular ataque y provocar el inicio de cualquier infección, se introducen, también, en los ganglios linfáticos. Estos son una parte del sistema, formados por unas masas de tejido ubicadas a lo largo de toda la red de vasos linfáticos. Dentro de los ganglios, se hallan unas células muy particulares, llamadas linfocitos (de varios tipos) que, ante la amenaza, ayudan al organismo a luchar contra las infecciones fabricando los conocidos anticuerpos; las defensas que lucharán contra los gérmenes e impedirán que se propaguen las infecciones y destruirán a todos esos agentes externos que las han ocasionado.
¿En qué consiste el drenaje linfático?
La linfa se caracteriza por tener un movimiento lento y alta densidad y, como hemos visto, ejerce un papel muy importante ayudando al sistema sanguíneo. Con la técnica del drenaje linfático lo que se pretende es estimular y movilizar ese contenido y evitar que su circulación se dificulte para prevenirnos de mayores complicaciones.
Es una técnica manual indolora que se efectúa realizando movimientos rítmicos, uniformes y ligeros sobre la piel, combinada con la realización de suaves presiones. Realmente, es muy relajante y gracias a estos masajes realizados con las manos y sin ningún tipo de aparatología, se evita que la linfa se quede estancada en los conductos por los que circula y se active su circulación a través de la red y de los ganglios linfáticos. Esto ayuda, además, a que no se formen edemas y se lleve a cabo la función drenante, contribuyendo con el correcto funcionamiento del sistema linfático.
Para que es recomendable el drenaje linfático
Este tratamiento es muy efectivo para esas personas que padecen pesadez de piernas, piernas cansadas, retención de líquidos idiopáticos o retención de líquidos postquirúrgicos. Si nos fijamos en patologías concretas, os recomendamos la aplicación del drenaje linfático manual en los siguientes casos:
- Trastornos cutáneos
- Cirugía (plástica o reparadora)
- Edemas linfoestáticos de origen traumático
- Patologías crónicas de vías respiratorias
- Trastornos neurológicos
- Retención de líquidos
- Celulitis
- Piernas cansadas
- Varices