¿Alguna vez habéis tenido una lesión y sentido dolor, lógico, pero, además, ésta ha terminado derivando en molestias en otra zona de vuestro cuerpo? Muchas veces sucede que, tras sufrir cualquier patología, el cuerpo se readapta para convivir con ella mientras nosotros tratamos de sanarla. En esa readaptación natural o, diremos, inconsciente -pues obviamente nuestro fin no es causarnos más daño del que ya padecemos- se puede producir la afectación a otras partes del cuerpo y desarrollar molestias y dolor en una nueva zona. Este tipo de dolor que sentimos, consecuencia de un primer dolor y que provoca nuevas disfunciones ligadas al origen de la lesión principal, se denomina dolor reflejo.
No queremos tener que padecer ningún tipo de dolor y, en cualquier caso, ante la aparición de éste, debemos acudir a un especialista para determinar qué está sucediendo. Pero, ciertamente, conviene conocer los tipos de dolores que existen porque, a veces, podemos pensar que nos duele cierta parte del cuerpo y, aún y tratarla, observar que el daño no desaparece. Eso es, sencillamente, porque no estamos yendo al foco real del problema y, con todo ello, sólo alargamos el proceso de curación y sufrimos más de lo que deberíamos. Como profesionales, siempre estudiamos todas las posibilidades y realizamos los análisis meritorios para ayudar a nuestros pacientes a sanar y a acabar con las molestias derivadas de cualquier lesión. No obstante, se han dado casos en los que patologías mal diagnosticadas han tenido consecuencias desagradables para algunos pacientes, por ello, hoy, os explicamos en nuestro blog de Aureum Fisioterapia, qué es el dolor reflejo e introducimos algunos de los dolores más comunes que se pueden padecer.
Tipos de dolores
Como decíamos, comenzaremos explicándoos los dolores principales que existen derivados de una lesión inicial, para después centrarnos en el dolor reflejo.
Existen dos grandes bloques de dolor: el dolor neuropático (causado por una alteración nerviosa) y el dolor nociceptivo (captado por los nociceptores; receptores sensitivos encargados de percibir y transmitir el dolor y con el que todos estamos más familiarizados). Las tipologías de dolor que vamos a desarrollar a continuación, se encuentran dentro del segundo bloque. Vamos a distinguir tres tipos, que están muy relacionados con la fisioterapia y que anejamos con más frecuencia:
- Dolor reflejo: Es una sensación dolorosa en una parte determinada del organismo causada por una lesión que comenzó en una región, pero que deriva en otro dolor que afecta otra zona de nuestro cuerpo. Tiene, por lo tanto, su origen en una lesión primaria, que también ha producido dolor y, automáticamente, al adaptarse el cuerpo a una nueva postura -o hábito- con el fin de reducir el dolor primario, acaba originando un dolor secundario al que llamaríamos reflejo. Un ejemplo de este tipo de dolor sería un traumatismo en la muñeca que provoca que el hombro, aunque sea una zona distante, se adapte y supla las carencias de la muñeca para no alterarla más. ¿El resultado? Una lesión del hombro por ejercer más y mal de lo que debe, que termina con un dolor secundario igual o incluso mayor al principal.
- Dolor irradiado: Es el dolor producido por una irritación de un tronco o raíz nerviosa. El dolor que siente el paciente se nota en la zona cuya sensibilidad recoge esta raíz o tronco específico afectado, y no en el lugar en el que éste está siendo comprimido. Es lo que ocurre por ejemplo cuando padecemos ciática. En esta patología se produce una compresión del nervio a nivel lumbar, pero el dolor y las consecuencias de este pinzamiento (adormecimiento, pérdida de sensibilidad, pérdida de fuerza, tirantez y dureza de los músculos…), contrariamente, se hacen notorios en las piernas y no en la espalda.
- Dolor referido: Hemos hablado de él ya en algunos artículos de nuestro blog y hemos hecho referencia a éste cuando hemos tratado los puntos gatillo. Es igualmente un dolor propagado, es decir, percibido a distancia del origen de la lesión, pero se diferencia del dolor irradiado en que, mientras en el anterior las partes lastimadas son las vías de su circuito, en este la lesión se produce en las estructuras esqueléticas, no en las neurales. La presión sobre un punto, en este caso, provoca sólo dolor local, mientras que la presión sobre la zona de origen de la lesión origina tanto dolor local como en toda la zona de dolor referido.
Tratar el dolor reflejo en fisioterapia
El dolor reflejo se produce, como decíamos, como consecuencia de un daño inicial a un tejido, lo cual genera que una segunda zona afectada duela con bastante intensidad y se produzcan más limitaciones para el paciente. Puede aparecer en cualquier lesión que produzca otra alteración en alguna estructura lejana, pero que se encuentre relacionada con la lesión de origen. El mayor problema que entrañan este tipo de patologías es que, sin el conocimiento lógico del paciente sobre lo que le ocurre, es más complicado y surgen más inconvenientes a la hora de que el fisioterapeuta, o el médico en cuestión, puedan detectar cual es el daño principal.
Debe, por lo tanto, realizarse una evaluación exhaustiva al paciente para acertar en el diagnóstico y, según el tipo de dolor y de qué estructura se encuentre alterada, la fisioterapia podrá ayudar con su tratamiento para disminuir ambos dolores y recuperar el bienestar inicial.
Si tenéis cualquier duda sobre este tema, recordad que desde nuestro centro os ayudamos a resolverla y que podéis contactar con nuestros profesionales para aclararlas sin ningún tipo de compromiso, y es que, la salud, es siempre lo más importante.