En el mundo de la fisioterapia hallamos términos de todo tipo. A veces, pueden resultarnos más entendibles y cercanos, mientras que otras, los conceptos escapan de nuestro entendimiento para perderse en el campo técnico que les corresponde. Es normal y lógico, pero también, creemos, es parte de nuestro trabajo intentar hacer que estas palabras que en nuestra cabeza suenan sin sentido, tomen algo de él para que entendáis cómo procedemos a desempeñar nuestra labor y, por lo tanto, conozcáis como cuidamos y velamos por vuestra integridad física y vuestra salud.
Uno de esos términos a los que hoy venimos a referirnos es el de la mecanotransducción. A continuación, desarrollamos qué es y porque forma parte fundamental de nuestro día a día, en este nuevo artículo en nuestro blog.
¿Qué es la mecanotransducción?
Para hablar de ella, primero debemos referirnos a otros términos que nos ayudan a entenderla mejor.
El primero de todos es la alostasis.
La alostasis es la extensión del proceso de la homeostasis (capacidad de autocuración y autoequilibrio del organismo), a través del cual el cuerpo sometido a situaciones de exigencia o estrés logra recuperar su estabilidad (homeostasis), realizando cambios de comportamiento fisiológico -o psicológico- que le permitan mantener un equilibrio estable.
El principio fundamental de la alostasis es que considera la variabilidad como un aspecto favorable. Esto significa, a diferencia de la teoría de la homeostasis, que el organismo tiene la capacidad de adaptarse a los desafíos externos y, de esta manera, regular los procesos fisiólogos, respondiendo de manera anticipada a las amenazas o esfuerzos, a lo largo del tiempo. La homeostasis, por su banda, defiende que, ante esa situación de estrés, el cuerpo responde sin que nosotros seamos conscientes de ello, tras una fase de alarma y una de adaptación, se autorregula para volver a la ‘normalidad’; adecuándose a la situación o actividad.
Ahora sí, en este punto, podemos introducir el término de la mecanotrasduccion y definirlo como el proceso mediante el cual el organismo transforma un estímulo mecánico en una respuesta química. Es decir, es una respuesta química en sí, producida por varias razones, por las cuales las estructuras del aparato musculo-esquelético se regeneran tras estar sometidas a una situación de estrés.
Vendría a ser, en el campo de la fisioterapia, el método por el cual un estímulo o movimiento fuerzan la regeneración del tejido, convirtiendo el ejercicio o el ‘forzar’ las lesiones, en un tratamiento.
¿Por qué es importante para la fisioterapia?
La importancia de la mecanotransducción en el campo de la fisioterapia recae sobre el hecho que, muchas veces, los profesionales del sector, con las técnicas y terapias que aplicamos a nuestros pacientes, la usamos. Muchos ejercicios fisioterapéuticos incluyen la base que define esta respuesta química, ya que -en rehabilitación y recuperación- al forzar de manera moderada un músculo o tejido de forma que la zona dolorida o lesionada vaya adaptándose al peso o fuerza aplicados y el tejido comience a regenerarse, por ejemplo, está haciéndola partícipe de ello como método de adaptación. Es decir, el ejercicio terapéutico usa la fuerza o estrés producidos como técnica de tratamiento de las distintas lesiones o dolencias a tratar.
La mecanotransducción se puede dividir en tres fases:
- Estímulo mecánico (mechanocoulping): Actividad o situación de estrés a la que es sometido el tejido en cuestión. Un ejemplo, un ejercicio de sentadillas.
- Comunicación intercelular (cell communication): Reacción de las células de la parte del tejido en el que ocurre el estímulo. Comunicación existente entre éstas y el resto de partes de dicho tejido.
- Respuesta de las células efectoras (effector cell response): Detonada por el estímulo y que promueve la regeneración del tejido.
El aspecto que debemos tener en cuenta a la hora de introducir la mecanotransducción en cualquier entrenamiento de recuperación y/o rehabilitación en fisioterapia, será hallar la carga óptima para cada ejercicio y persona. Por ello, cuando procedamos al diseño y ejecución de éstos, es fundamental respetar las fases evolutivas para configurar el trabajo específico adecuado:
- Adaptación de la carga: Busca encontrar las condiciones óptimas para que el tejido cicatrice. Debe contener el equilibrio entre el reposo relativo y los pertinentes ejercicios isométricos, dependiendo de la lesión. Ayuda a aumentar el riego sanguíneo en la zona y mejora la nutrición celular.
- Aumento de la carga: Cuando el tejido ya ha cicatrizado se procede a restaurar la fuerza en la zona lesionada que incluye un aumento de carga con base de repeticiones y series.
- Reevaluación: Tras la práctica de estas fases se reevalúa al paciente y se considera, en base a su mejoría, seguir readaptando la carga para continuar mejorando hasta la plena recuperación.
El ejercicio terapéutico es el pilar vital sobre el que se sostiene la fisioterapia y la base a la hora de recuperarnos y rehabilitarnos, siempre de manos de profesionales que sepan aplicarlo teniendo en cuenta las circunstancias que se ciernen sobre el paciente y su lesión. Si necesitáis más información sobre este tema o tenéis cualquier duda acerca de nuestro trabajo; poneros en contacto con nuestros fisioterapeutas especializados, juntos encontraremos la forma de ayudaros y cuidar de esos desbarajustes que, a veces, se interponen en nuestro día a día.