Romperse el menisco es una de las lesiones de rodillas más comunes, especialmente para aquellas personas que dedican gran parte de tiempo al ejercicio físico. El grado de afectación de este tipo de contratiempos puede llevarnos a tener que contemplar múltiples posibilidades a la hora de pensar en su rehabilitación. Normalmente, el tratamiento por el que se opta es mediante cirugía. Las técnicas para operar un menisco roto han evolucionado de forma sorprendente a lo largo de los años y cada vez son menos invasivas y permiten una pronta sanación. No obstante, además de poder operarnos, debemos saber que existen tratamientos conservadores con terapias de fisioterapia, que aceleran los tiempos de recuperación y trabajan el fortalecimiento de la articulación del paciente.
En Aureum Fisioterapia apostamos por ellas, teniendo en cuenta siempre todos los factores que puedan incidir sobre la rotura en particular del menisco, para determinar el diagnóstico oportuno y diseñar el “plan de ataque”. Como somos conocedores de los grandes interrogantes que, frecuentemente, giran en torno a este tema; hoy queremos abordarlo -en este nuevo artículo en nuestro blog- y remitiros a poneros en contacto con nuestros especialistas si tenéis cualquier duda al respecto de la labor fisioterapéutica que desarrollamos en nuestro centro y las prácticas que en él llevamos a cabo, para velar por vuestra salud.
Qué es y porqué se produce la rotura de menisco
Para entender cómo afrontar la recuperación del menisco, primero debemos conocer cómo se produce la rotura y cuáles son las causas más comunes de esta patología.
El menisco es un fibrocartílago en forma de semiluna que se encuentra en los espacios comprendidos entre las superficies articulares de la tibia y el fémur (rodilla), y posee la función de estabilizar la articulación y servir de «tope» para los movimientos de ésta; absorbiendo el impacto de choque entre dichas superficies articulares y aumentando la superficie de contacto. El menisco tiene otra misión fundamental y es que, además, ayuda a distribuir el peso en la articulación y afecta, directamente, en su estabilidad. Cuando ese fibrocartílago que actúa de amortiguador entre dichos huesos se rompe o desgarra, tras un movimiento brusco de la rodilla (normalmente); se produce la rotura de menisco.
Hablando del tipo de roturas que podemos sufrir, originadas por distintos factores, podemos determinar, grosso modo, que existen tres tipologías claras causantes de ella. En primer lugar, tenemos las causas degenerativas. En este caso, la rotura del menisco se produce por un desgate temporal del cartílago, que suele ser común en pacientes con enfermedades degenerativas tales como la artrosis o la osteoporosis. Son roturas comunes en personas de edad avanzada. Por otro lado, hay las roturas traumáticas, que están producidas por un impacto o movimiento brusco del menisco. Y, por último, las roturas mecánicas, que se deben a la mala praxis postural o disposición de la articulación, lo que provoca ejercer un mal funcionamiento de la misma. Este tipo de roturas son más comunes entre deportistas.
La rotura del menisco causa dolor en la zona afectada del paciente y, normalmente, va acompañado de inflamación. También, suele presentar dificultades en la movilidad articular y debilidad, algo que impide que -a partir de ese momento- puedan realizarse las actividades habituales con normalidad, e incluso, caminar.
Tratamientos de la rotura de menisco en fisioterapia
Una vez el paciente es diagnosticado con una rotura de menisco, se procede a determinar el tratamiento para reconducir la situación. Lo habitual en estos casos es comenzar con un tratamiento de antiinflamatorios, a fin de reducir la inflamación y aliviar el dolor. Dependiendo del tipo de rotura y de los aspectos que se ciernen sobre el paciente en sí, se propone la necesidad de realizar la cirugía, en la que puede extraerse el menisco por completo o realizar una sutura para recomponerlo.
Pero, a veces, se nos olvida que existe otra opción y que -se ha demostrado- es uno de los tratamientos más efectivos para la rotura del menisco antes, durante y después del proceso: la fisioterapia. Las técnicas de esta disciplina son aplicables en los diferentes momentos de esta lesión, tanto de forma preventiva, como si ya se ha producido y queremos evitar el paso por el quirófano o, en última instancia, tras ser operados de la rodilla y como fórmula de rehabilitación para poder alcanzar, de nuevo, la estabilidad, recuperación completa de la movilidad y niveles de fuerza óptimos. Con un programa personalizado de ejercicios según el cuadro clínico de cada paciente, se trabaja en muchos aspectos que generan grandes beneficios: alivio del dolor, fortalecer la articulación, evitar asimetrías, aumento de la fuerza y tono muscular, reeducación postural para no recaer en la lesión, estimulación de los receptores nerviosos, equilibrio, etc.
El objetivo final es y será siempre permitir al paciente recuperar la normalidad de sus actividades antes de verse impedido por este contratiempo.
Algunas de las técnicas fisioterapéutica, popularmente empleadas para la plena recuperación del menisco tras una rotura, son: liberación de adherencias de los tejidos de la articulación, masajes drenantes para la evacuación y reabsorción del líquido inflamatorio, técnicas articulatorias para recuperar la movilidad, ejercicios terapéuticos para mejorar la musculatura…
Beneficios de la fisioterapia en roturas de menisco
Como decíamos anteriormente, tratar estas lesiones con fisioterapia ha presentado muy buenos resultados en pacientes de todo tipo. No sólo cuando hablamos de rehabilitación en sí, sino deviniendo tan eficaz como la propia cirugía y aportando beneficios de toda clase, entre los que destacan los tiempos de recuperación, mucho más cortos.
Centrada en velar por esa recuperación absoluta del paciente, permite recobrar en muy poco tiempo la cotidianeidad de nuestras actividades y disfrutar de una rodilla fortalecida y una articulación totalmente en forma, siguiendo las directrices determinadas por el profesional en cuestión, que desarrolle el estudio y plan adecuados.