El concepto de osteópata que solo cruje es un gran error
Una lesión osteopática o bloqueo es una restricción en el movimiento de cualquier articulación o plano de deslizamiento del cuerpo. Es decir, si un hueso se mueve 3 mm hacia arriba y abajo y, de repente, solo se mueve 2 mm, se trata de un bloqueo.
Cabe decir que no siempre hay que tratar estos bloqueos, ya que a veces son movimientos que hace el propio cuerpo para adaptarse a nuevas situaciones.
Técnicas utilizadas por los osteópatas
Una vez localizada la lesión osteopática que se debe tratar, el profesional decide qué técnica va a utilizar para solucionar el problema.
Una de esas técnicas es la llamada técnica de trust. Sirve para restablecer la movilidad de la articulación (desbloqueándola). Consiste en normalizar una articulación con un gesto rápido e indoloro. Esta manipulación suele hacer un crujido, lo que no quiere decir que el tratamiento haya funcionado. El profesional tiene que volver a comprobar si realmente se ha producido el cambio o no.
Sin embargo, esta técnica de «crujidos» no es la única que utilizan los osteópatas, sino que también utilizan técnicas más suaves sin movimientos bruscos.
Un ejemplo son las llamadas técnicas blandas o de tejidos blandos. Consiste en hacer una serie de movimientos de posicionamiento, presión en puntos de dolor, estiramientos y contracciones que realizan el mismo efecto que el trust de una manera más suave. Se utilizan en situaciones de gran dolor o cuando la aplicación del trust está contraindicada. A veces también se usan para reforzar su acción.
Otro ejemplo de estos tratamientos son las técnicas craneosacrales. Estas son muy delicadas con el paciente y consisten en la evaluación y el tratamiento del movimiento del cráneo, el sacro y las membranas que los conectan (meninges). Aunque son las técnicas más suaves, pueden desencadenar reacciones muy fuertes.
También cabe destacar dos técnicas más, por un lado, la técnica de la energía muscular, que aprovecha la contracción activa y voluntaria de los músculos del paciente en un sentido controlado y de intensidad variable ante una determinada resistencia impuesta por el terapeuta.
Por otro lado, la técnica de Jones. En esta técnica hay que encontrar con precisión los puntos sensibles y los puntos gatillo, que son puntos de dolor. El propósito de esta técnica es llevar la articulación a una posición cómoda con el fin de relajar el espasmo de los músculos contraídos.
En primer lugar, se busca el punto gatillo con un dedo. La otra mano busca la posición de la articulación en la que disminuye el dolor del punto gatillo. Se mantiene esta posición durante 90 segundos y, finalmente, se lleva muy despacio la articulación a la posición neutra sin provocar el reflejo de contracción por el estiramiento.
Como podéis comprobar, existen numerosas técnicas para tratar los bloqueos y otros problemas articulares.
En conclusión, los osteópatas no solo utilizan la técnica comúnmente conocida como «crujir» o «colocar los huesos», sino que existen muchas otras técnicas que a veces son más efectivas y menos peligrosas.