El Síndrome del Latigazo Cervical, más conocido como esguince cervical, se diagnostica después de que el cuello sufra un repentino cambio de posición; una sacudida o movimiento rápido de éste provocado por el desplazamiento seguido de la cabeza de delante hacia detrás, o viceversa. El ejemplo más popular es después de verse implicado en un accidente de coche, el clásico golpe por detrás, aunque también se puede dar en caídas y resbalones.
Quienes han sufrido este tipo de percances, a veces, en un primer momento, no perciben el daño real que se ha producido en el cuello y cómo de afectada se encuentra la zona. No obstante, los síntomas como molestias y dolor en el cuello y/o el resto de la espalda, rigidez a la hora de realizar su movimiento/rodamiento, dolores de cabeza, mareos, etc.; acaban apareciendo y, si no son tratados como es debido, pueden originar secuelas permanentes.
La recuperación de este tipo de lesión depende de muchos factores, si bien, el más importante, como decíamos, es acudir a un especialista para determinar si tras el accidente debemos tomar medidas, o no, y hay que realizar cualquier tratamiento médico o recuperación fisioterapéutica para recuperar la buena movilidad sin sufrir más dolores o molestias de ningún tipo.
Factores que influyen en una buena recuperación del latigazo cervical
En Aureum Fisioterapia velamos por la salud de nuestros pacientes y por su buena y pronta recuperación tras cualquier tipo de contratiempo de estas características. Testigos de muchos casos, ciertamente, a veces, surgen dudas sobre cuan rápida puede ser ésta y si existen factores determinantes que posibiliten -o dificulten- el proceso de rehabilitación.
Por ello, queremos hablar de estas dudas que aparecen entorno a este tema y facilitar información sobre tabúes que no son ciertos respecto a la “curación” del latigazo cervical, y otros que deberían tomarse en cuenta para que ésta sea efectiva y haga todo el procedimiento mucho más llevadero, con un resultado exitoso.
Después de diversos estudios científicos, se ha evidenciado que factores como la edad o el género no influyen a la hora de que nuestra recuperación, tras sufrir un esguince cervical, sea más o menos rápida. Tampoco lo es el rango de movimiento del cuello tras el diagnóstico. Con la aplicación de las terapias oportunas, aún y las grandes limitaciones y dolores que han presentado muchas personas después de un accidente de este tipo, se han recuperado totalmente, en el pronóstico de tiempo lógico.
Existen, pero, factores que sí hacen que la temporalidad de nuestra recuperación dependa de ellos. La gran mayoría, por extraño que pueda parecer, son todos de origen psicológico. Y es que nuestro cerebro juega un papel muy importante a la hora de evolucionar con mayor grado de eficacia para disfrutar de una buena recuperación. Síntomas de estrés postraumático, por ejemplo, pueden influir negativamente en ello. También, tener expectativas negativas cuanto al tratamiento. Un pensamiento pesimista sobre nuestra situación y su mejoría, la falta de confianza (que no debería existir) en nuestro fisioterapeuta y sus métodos, catastrofismo extremo (pensar que el dolor es insufrible o que no lograremos recuperarnos nunca)…; pueden hacer mella y limitar las garantías de éxito del tratamiento.
Un índice de discapacidad del cuello elevado es otro aspecto que determina negativamente una mejora pronta. Cuanto mayor sea la puntuación (por encima del 30%), mayor es la limitación y, por tanto, más lenta la recuperación. Es necesario prestar atención, en estos casos, a la recuperación de la funcionalidad cervical en nuestro día a día.
Conclusiones
La recuperación de todo esguince cervical es multifactorial, así pues, depende de ciertos factores. En su mayoría, hablamos, principalmente, de estrategias para ver cómo afrontar la fase de recuperación y rehabilitación de estas lesiones, y del trasfondo psicológico que ocultan muchos accidentes de estas características. No tanto del daño de los tejidos del cuello, el cual con trabajo y una buena terapia podemos recuperar de forma satisfactoria.
La edad y el género, como ya hemos dicho, no son premisas que definan, determinantemente, su influencia en una correcta recuperación. Con voluntad de salir hacia delante, no importa ser hombre o mujer, o tener veinte o cincuenta años. Todo es empeño y dedicación para realizar la rehabilitación que nuestro caso exija. La clave de todo es confiar en los profesionales que están trabajando en nuestra recuperación y mantener una visión positiva durante el tratamiento; ello, claramente, ayudará en la adecuada evolución.
Si tenéis cualquier duda que os gustaría resolver sobre éste u otros temas relacionados con fisioterapia, osteopatía, recuperación de accidentes, rehabilitación, etc.; no tenéis más que poneros en contacto con nosotros. Os ayudaremos a disiparlas y a ofreceros nuestros servicios para tratar de solventar todo contratiempo o inconveniente en el que necesitéis nuestro asesoramiento.