El paso del tiempo, lógico y natural, además de importante para seguir sumando años y disfrutar de las distintas etapas de nuestra vida; genera una serie de cambios físicos, cognitivos, sociales y psicológicos en toda persona. Aprendemos y evolucionamos a un nivel, digámosle, interiorizado, mientras que, en el exterior, sufrimos la correspondiente “involución” que nos lleva a transcurrir de la niñez a la vejez.
Esta regresión puede ser muy distinta en cada persona y depende de muchos factores que han podido hacer mella a lo largo de toda una vida. No obstante, existe un método infalible para lograr que ese retroceso físico y la calidad de vida de nuestros últimos años sea más llevadera gracias a no dejar de lado un aspecto vital: el movimiento. Hacer ejercicio y no dejar de realizar actividad física a lo largo del tiempo ayuda a ofrecer grandes beneficios en todo el sistema de salud de quienes lo practican.
Moverse es vida, porque ayuda a que estemos activos y con ello no dejemos que nada de nuestro organismo se atrofie y se mantenga, el máximo tiempo posible, en buen estado. A través de la actividad física y fomentando unos hábitos de vida saludables, y lo más activos posibles, conseguimos alcanzar un objetivo fundamental: mejorar nuestra calidad de vida, a partir de todos los beneficios que ello aporta.
Las técnicas de fisioterapia han devenido uno de los medios para invertir en ello y conseguir mejorar nuestra salud. Por eso hoy, en este nuevo artículo de nuestro blog Aureum Fisioterapia, os acercamos los beneficios que supone la realización de actividad física a lo largo de nuestra vida -y no caer en el sedentarismo- para gozar de una aptitud física saludable, aún y el paso de los años, evitando múltiples complicaciones que pueden generarse, en todos los niveles que mencionábamos anteriormente, si se hace caso omiso.
Beneficios del ejercicio terapéutico
El objetivo principal de una rutina de ejercicio terapéutico es alcanzar el nivel óptimo de movimientos corporales, patrones, posturas y actividades físicas. Este tipo de práctica, entendida dentro de la fisioterapia, no sólo comprende el trabajo en pacientes con dolencias en el momento, es decir, personas en rehabilitación a causa de alguna patología que le obligue a acudir a un centro de estas características para recuperar la función mermada. El ejercicio terapéutico comprende prácticas concretas que sí, contribuyen a corregir dolencias corporales, favorecer la recuperación de lesiones, aliviar síntomas o frenar el deterioro de la salud física. Pero, también, se destina a pacientes sin una enfermedad concreta, que buscan, precisamente, ese fin del que hablábamos antes: ganar calidad de vida.
Obviamente, el ejercicio terapéutico es un componente clave en todo programa de rehabilitación, pero cualquier persona que quiera mantenerse en movimiento, sentirse saludable y hacer frente a los posibles reveses que se suceden sin este elemento presente en nuestras vidas, puede realizarlas dirigiéndose a un centro especializado para determinar las pautas de su propio programa. Y es que, este tipo de actividades -dadas sus finalidades- deben estar prescritas por un profesional. Pueden ser tanto ejercicios generales que, globalmente, incluyan la movilidad de todo el cuerpo, como específicos, centrados en partes concretas del cuerpo, según el estado físico y las necesidades del paciente. En este caso, como decíamos antes, la figura del fisioterapeuta como profesional capacitado es la acertada, no sólo a la hora de tratar las lesiones ya existentes en sesiones de rehabilitación, sino en todo momento a la hora de prevenir futuras patologías en poblaciones de riesgo.
No perder la costumbre de hacer ejercicio y llevar una vida no sedentaria ayuda a fomentar actividades y cambios en el estilo de vida que pueden ayudarnos a prevenir lesiones adicionales y mejorar la salud y el bienestar en general, permitiéndonos recuperar, a veces, niveles de funcionamiento anteriores perdidos.
Estos son los principales beneficios de su práctica:
- Mantiene y mejora la función musculoesquelética y osteoarticular
- Previene y mejora los síntomas de las enfermedades crónicas
- Minimiza los cambios biológicos causados por el envejecimiento
- Restablece las capacidades funcionales afectadas
- Gracias a la realización de una actividad física continuada, nuestro cerebro activa vías nerviosas que liberan sustancias analgésicas (serotonina, endorfinas…) evitando que los estímulos dolorosos lleguen
- Actúa sobre el componente cognitivo-conductual del dolor
- Previene recidivas y elimina causas de dolor
- Relaja el cuerpo y la mente
- Mejora y/o restaura la función física del paciente
- Previene la discapacidad motriz.
- Contribuye al mantenimiento de la forma física y a un mejor estado general de salud
- Evita el riesgo de lesiones
- Mejora el descanso y la calidad del sueño
- Incrementa la sensación de bienestar
- Aporta vitalidad
- Mejorar la movilidad de los tejidos y la calidad del movimiento
Si precisáis de más información sobre ello, o tenéis cualquier consulta a realizarnos, no lo dudéis y poneros en contacto con los especialistas de nuestro centro. Estaremos encantados de asesoraros en todo lo que necesitéis.