La rotura de menisco es una de las lesiones de rodilla más comunes que podemos sufrir, junto a la del ligamento cruzado anterior (famosa, especialmente, entre deportistas). Se produce por la rotura -o desgarro- del fibrocartílago de la rodilla (menisco), que actúa como almohadilla, amortiguando el peso del cuerpo y las presiones. Gracias a esta estructura, la articulación goza de estabilidad, y tiene un papel clave en el buen funcionamiento articular.
Cuando se rompe, la opción más recurrente para recuperar su correcto funcionamiento pasa por operarlo, mediante la reconocida técnica de la artroscopia, que ha permitido grandes avances con una cirugía nada invasiva y de pronta recuperación. Sin embargo, existen tratamientos conservadores con fisioterapia, que aceleran esos tiempos y ayudan, además, a trabajar el fortalecimiento de la articulación del paciente.
En Aureum Fisioterapia velamos por ofrecer a nuestros clientes todo lo que precisen para mejorar su estado de salud y recuperar -en la medida de lo posible- el bienestar del que disfrutaban, antes de cualquier contratiempo que les traiga hasta nuestro centro. La rehabilitación de la rotura de menisco es, sin duda, uno de ellos y, por eso hoy, en este nuevo artículo, hablamos de esta lesión tan frecuente.
Causas de la rotura de menisco
La rotura de menisco puede tener varias causas, aunque, generalmente, ésta se produce tras un movimiento brusco de la rodilla.
Hay, por ejemplo, causas degenerativas. En este caso, la rotura se produce por un desgate del cartílago, común en pacientes con enfermedades de esta índole, tales como la artrosis (de la que hablamos en nuestro anterior entrada) o la osteoporosis. Suelen presenciarse en personas de edad avanzada.
Por otro lado, se encuentran las roturas traumáticas. Como su nombre indica el motivo de ellas es un trauma, es decir, están producidas por un impacto.
Y, finalmente, las roturas mecánicas. Aparecen por una mala disposición del cuerpo a realizar malas posturas (pueden ser consecuencia de otras patologías que alteren la disposición de la articulación), lo que provoca un mal funcionamiento de la misma.
Tratamiento de la rotura de menisco
Cuando el menisco se rompe, apreciamos dolor en la zona que, en muchos casos, va acompañado de inflamación. Llegados a cierto extremo, la movilidad de la articulación se puede ver totalmente imposibilitada y, con ello, la realización de nuestras tareas más cotidianas, incluso, caminar.
Una vez diagnosticado el caso de la rotura de menisco, lo más habitual es que -inicialmente- el paciente sea pautado con un tratamiento de antiinflamatorios, con el objetivo de reducir la inflamación y aliviar el dolor. A partir de ahí, el grado de la lesión determinará si es necesario pasar por quirófano para operar la rodilla y el tipo de operación precisa, ya que puede extraerse el menisco completo, o realizarse una sutura del menisco roto.
La fisioterapia es uno de los tratamientos más efectivos para las roturas y fracturas de menisco y puede aplicarse en distintos momentos del proceso de curación de esta patología. Por ejemplo, en algunos casos, la fisioterapia puede ser la primera toma de contacto, y su tratamiento una forma de evitar que el paciente sea sometido a una cirugía. Cuando, inevitablemente, para la correcta recuperación del paciente, hay que operar; la fisioterapia sigue ocupando su lugar en el tratamiento, posterior a la intervención, para recuperar la articulación.
Confiar en la fisioterapia, de cualquier modo, supone numerosos beneficios para la apropiada rehabilitación del paciente, ya que con los diferentes ejercicios y técnicas trabajados se fortalece la articulación, evitando su cronificación (hacer crónico un proceso negativo), además de contribuir a la recuperación de la movilidad y al alivio del dolor. Como fisioterapeutas especializados, en nuestro cometido para mejorar los efectos negativos de una rotura de menisco, nos centramos en llevar a cabo ejercicios que permitan recuperar la fuerza y estabilidad de la articulación, de manera que el paciente vuelva, cuanto antes, a su vida y actividades habituales. Además, el tratamiento con fisioterapia trata de evitar el sedentarismo para que el paciente no pierda capacidad muscular.
Algunas de las técnicas empleadas son la liberación de adherencias de los tejidos de la articulación y masajes drenantes para la evacuación y reabsorción del líquido inflamatorio. También, en algunos casos, aplicamos la electroestimulación, para reducir el dolor y la inflamación; y para que se restablezca la debida movilidad de músculos, ligamentos y tendones, recuperando el tono muscular.
Además, como decíamos antes, el ejercicio y el desempeño de actividades físicas, forma parte de este completo tratamiento. El objetivo principal es no perder el tono muscular, por lo que hay que recuperar la fuerza. Entre ellos, se hallan, también, otros como los ejercicios propioceptivos para estimular los receptores nerviosos (equilibrio, reeducación de la marcha, etc.) y la corrección postural para evitar la recaída de la lesión.
Beneficios de la fisioterapia en la rotura de menisco
Lo primero que debemos tener en cuenta es que para la aplicación de este tratamiento, siempre, habrá que llevar a cabo un estudio de la situación de cada paciente para determinar el correcto enfoque que merece su caso particular y diseñar el plan de achaque perfecto. A partir de aquí, solo podemos destacar, una vez más, que los tratamientos con fisioterapia en casos de rotura de menisco se centran en buscar el fortalecimiento de la articulación y recuperar, a ser posible en su totalidad, la vuelta a la rutina habitual. Al final, estos procedimientos presentan grandes resultados al ser tan, o inclusive, más eficaces que la cirugía, acortando los tiempos finales de recuperación.
Si tenéis cualquier duda sobre este, o cualquier otro tema vinculado a nuestro trabajo, poneros en contacto con nosotros y os ayudaremos a esclarecerla.